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Beneficios del ayuno: mi experiencia personal

¿Por qué se habla cada vez más de ayuno?

¿Es el ayuno un fenómeno social? ¿Un indicador de nuestro cambio de comportamiento? ¿O un deseo de replantearnos nuestra forma de vida, empezando por nuestra dieta?

El ayuno se estudia en Rusia desde hace casi cincuenta años. Los resultados de esta investigación llegan ahora a los oídos de Occidente, destacando sus efectos beneficiosos para la salud y el bienestar.

Los beneficios del ayuno: un enfoque complementario

El ayuno puede formar parte de un estilo de vida en busca del bienestar, pero también puede utilizarse con fines terapéuticos. Los beneficios reconocidos del ayuno son numerosos y no dejan de sorprender.

Reconocimiento científico y médico del ayuno

Hoy en día, el ayuno está reconocido por un gran número de médicos y científicos de todo el mundo. En Rusia, Alemania, Suiza, Estados Unidos y Canadá, el ayuno se incluye en los protocolos de tratamiento de diversas enfermedades crónicas:

  1. Enfermedades cardiovasculares
  2. Trastornos respiratorios
  3. Trastornos endocrinos
  4. Problemas digestivos
  5. Dolores articulares y óseos
  6. Afecciones dermatológicas

En más del 70% de los casos, el ayuno alivia estas afecciones. Además de sus efectos antidepresivos y sedantes, tiene propiedades curativas que los estudios científicos aún tratan de explicar.

Contraindicaciones del ayuno

Entre las contraindicaciones establecidas por los médicos rusos, pioneros en el campo del ayuno terapéutico, se encuentran :

  1. Cáncer
  2. Diabetes de tipo I
  3. Hepatitis crónica
  4. Tromboflebitis
  5. Anorexia

Sin embargo, investigaciones recientes realizadas en Estados Unidos demuestran que el ayuno también puede reducir los efectos secundarios de los tratamientos de quimioterapia y mejorar su eficacia.

La práctica del ayuno: lo que hay que saber

Más de dos de cada tres personas afirman que el ayuno tiene efectos positivos.

  • Tipos de ayuno: hídrico (sólo agua) o parcial (zumo de verduras bajo en calorías, máximo 250 kcal).
  • Duración: generalmente entre una y dos semanas. Algunos ayunan hasta 40 días.
  • Apoyo: se recomienda supervisión médica, sobre todo en ayunos prolongados.
  • Actividad física: se recomiendan 2 horas diarias de marcha, yoga o gimnasia.

Salir del ayuno: una etapa crucial

La fase de recuperación es tan importante como el propio ayuno. Debe extenderse durante al menos una semana para evitar sobresaltos alimentarios y mantener los beneficios obtenidos. Favorezca una alimentación ligera, rica en nutrientes esenciales.

Mi experiencia personal del ayuno

A nivel personal, descubrí el ayuno tras investigar sus beneficios terapéuticos y su impacto en el bienestar general. Mi primera experiencia fue especialmente positiva, hasta el punto de convertir el ayuno en un ritual dos veces al año. Sentí una energía renovada, una mayor claridad mental y una piel más suave y luminosa.

Para emprender un experimento de este tipo en solitario, es esencial gozar de buena salud física y mental y estar motivado por el reto, ¡porque realmente lo es! Es importante mantenerse activo, seguir trabajando (sin estrés), moverse, respirar aire fresco y realizar actividades físicas a diario.

El entorno debe ser agradable, cálido, tranquilo e íntimo, porque en los primeros días la necesidad de descanso es especialmente importante. Las siestas diurnas son muy recomendables. Hay que estar preparado para reorganizar la rutina diaria, sin las comidas que habitualmente puntúan el día.

Los tres primeros días: los más sabrosos

Los tres primeros días suelen ser los más difíciles, porque ni nuestro cuerpo ni nuestros hábitos han tenido aún tiempo de adaptarse a esta nueva forma de trabajar.

Durante este periodo, el cuerpo necesita calor. La bolsa de agua caliente ya no es un simple accesorio de confort: se convierte en un aliado indispensable. Estos momentos de debilidad requieren que aceptes que tu cuerpo y tu mente vayan más despacio, con descansos y siestas en mitad del día.

A partir del cuarto día : Llega la claridad

A partir del cuarto día, todo se vuelve más sencillo. La sensación de hambre ya no viene del estómago, sino de la mente. Es el placer de comer lo que falta, no la necesidad de comer.

Este ayuno me permitió hacer un descubrimiento sorprendente: nuestro cuerpo tiene memoria. Durante un día y una noche, sentí un dolor de espalda contra el que llevaba años luchando, sin admitir nunca su origen psicosomático. Me di cuenta de que el ayuno actúa como una gran limpieza interior, limpiando lo más profundo de nuestro ser, incluida la mente.

Renovación física y mental

Después del cuarto día, recupero la energía y la vitalidad. Los dolores disminuyen, el cuerpo se siente más ligero. Las articulaciones se sienten liberadas, como engrasadas. El rostro se relaja, la piel se vuelve más suave y menos seca, hasta el punto de que la crema hidratante resulta casi superflua. Todos los sentidos parecen agudizados y la sensibilidad aumenta.

Hidratación: imprescindible durante el ayuno

Durante todo el periodo de ayuno, es esencial beber, aunque no se tenga sed. El dolor en los riñones le recordará rápidamente esta necesidad imperiosa.

Compensar los placeres de la comida

Para compensar la ausencia de placeres sabrosos, es esencial mantener la mente ocupada: lectura, cine, música, paseos al aire libre, juegos de mesa, pintura, etc.

Evitar la desmineralización: la espirulina, un apoyo inestimable

Para evitar la desmineralización, se recomienda tomar caldo de verduras, al menos dos tazones al día. Además, 5 g de espirulina ecológica por la mañana y 5 g por la noche aportarán aminoácidos y minerales esenciales. Además, la espirulina, rica en clorofila y ficocianina, contribuye eficazmente a la desintoxicación del organismo.

Una valoración personal positiva

Esta experiencia personal ha sido extremadamente beneficiosa y me ha hecho tomar conciencia de varias verdades:

  • La sensación de hambre es en gran medida psicológica. Durante el ayuno, es nuestra mente la que ansía la comida, no nuestro cuerpo, que sabe perfectamente cómo prescindir de ella. Comer es un verdadero placer que necesitamos, tanto para nosotros mismos como para mantener los vínculos sociales. El ayuno actúa como una gran limpieza interior, purificando el cuerpo y regenerando la mente. Superar un ayuno es una victoria sobre uno mismo, que Platón consideraba la mayor de las victorias.

Una práctica que se convierte en una forma de vida

Descubrí el ayuno de agua en 2018 y desde entonces hago dos ayunos al año, en primavera y otoño, de entre 8 y 21 días de duración. Este ritual ya forma parte de mi rutina diaria y no podría pasar sin él.

Recomendación: la espirulina, un superalimento esencial

Durante el ayuno, el riesgo de desmineralización es elevado. Para compensar y apoyar al organismo, la espirulina es un aliado de elección. Rica en aminoácidos esenciales, minerales y clorofila, contribuye a la desintoxicación y aporta una energía preciosa.

Consejo: consuma 5 g de espirulina por la mañana y 5 g por la noche para un aporte óptimo de nutrientes esenciales.

Una poderosa herramienta para el cuerpo y la mente

El ayuno es un proceso personal exigente pero extremadamente beneficioso. No sólo limpia el cuerpo en profundidad, sino que también fortalece la mente. La espirulina, como suplemento natural, se adapta perfectamente a este proceso de regeneración física y mental.

Muriel Cathaud, Dra es Ciencias

Nota del equipo eChlorial
Queremos subrayar que las personas entrevistadas o que escriben en nuestro blog lo hacen con toda sinceridad y sin ningún conflicto de intereses.

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